top of page

No interfieras, deja fluir.

  • Francelis Rojas
  • 1 oct 2018
  • 2 Min. de lectura

Dejar fluir es un salto enorme al desarrollo humano. Cada persona tiene la capacidad de desarrollar una sabiduría que, no solo nos va a permitir vivir más tranquilamente sino que nos servirá de puente para cruzar al otro lado donde todos queremos estar, el lado del éxito y la prosperidad.


El autoconocimiento y la fe son los padres de esta sabiduría, pues sin ellos es muy difícil que esta exista. Reconocer y aceptar que hay un tiempo para todo bajo este cielo que nos arropa es una virtud que todos debiéramos tener. Ya lo dice el mismísimo Dios en su palabra, existe un tiempo para todo.


Tiempo para reír, tiempo para llorar.

Tiempo para amar, tiempo para odiar.

Tiempo para luchar, tiempo para pacificar.

Tiempo para detenerse, tiempo para continuar.

Tiempo para fallar, tiempo para perdonar.

Tiempo de júbilo, tiempo de duelo.

Tiempo de ser tolerante, tiempo de ira.

Tiempo de llanto, tiempo de sosiego.

Tiempo de escases, tiempo de abundancia.

Tiempo próspero, tiempo de miseria.

Tiempo de sol, tiempo de luna.

Tiempo de oscuridad, tiempo de luz.

Tiempo para trabajar, tiempo para descansar.

Tiempo para crecer, tiempo para soltar.

Tiempo para actuar, tiempo para pensar.

Tiempo para unir, tiempo para desunir.

Tiempo para empezar, tiempo para terminar.

Tiempo para compartir, tiempo para soledad.


Interferir en estos tiempos solo por la impaciencia, por el control, por el afán, por el desenfrenado deseo de tener y vivir ciertas cosas o momentos no nos conducirá a un buen final, por el contrario, puede incluso retrasarlo o empeorarlo.


Dejar que la vida fluya no significa quedarnos inmóviles y esperar que las cosas sucedan, dejar fluir es reconocer esos tiempos y respetarlos. Fluir y dejar fluir se convierte entonces en esa sabiduría casi perfecta que nos da tranquilidad y seguridad, pues al vivir cada instante de ese tiempo todo lo bueno se hace notar. Todo lo bueno llega a nuestras manos. Todo lo bueno entra a nuestras vidas para premiarnos por saber esperar.


Esperar, una palabra que en tiempos de crisis no se acepta. Una palabra que en ocasiones se hace imperiosa la necesidad de aplicar. Una palabra que puede hacer un cambio radical y justo. Una palabra que puede ser incluso la mismísima gloria.


Forzar, controlar, presionar, obligar, violentar, intervenir, sabotear, impacientar; son solo algunas de las palabras que no se llevan con la sabiduría del fluir, son enemigas del éxito y por ende no se vinculan a la felicidad.


El curso de la vida no es complicado, quienes lo complican son las mismas personas que por solo existir no dejan fluir. Todo tiene su momento, ni porque intervengas o te apartes, ni porque corras o te encarames. Todo está a su justa medida. Desarrolla tu sabiduría y verás cómo la mejoría se cuela a tu vida.


Registro de obra # 1810018632310

Comments


bottom of page