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Vive tu vida con propósito

  • Francelis Rojas
  • 8 oct 2018
  • 4 Min. de lectura

Seguramente ya has escuchado esta afirmación un montón de veces o quizás no, lo cierto es que, como dice el dicho, cuando el río suena es porque piedras trae. Te preguntarás qué tiene que ver el río y las piedras con esto, pues mucho, y en este artículo verás por qué. Nadie que no viva una vida con propósito va a decir esta frase o esta afirmación y mucho menos creer en ella, pero sí puede llamar su atención.


Pasar los días trabajando en base a un propósito nos hace vivir la vida en una mejor escala, o mejor dicho, es la mejor manera de vivir la vida. No solo porque se entiende el sentido de la misma sino también porque todo gira en torno a un fin, un fin que se traduce hacia los demás y que a la vez cumple y satisface a la divinidad. ¿Y a quién no le gustaría estar bien con Dios?


Pero para poder internalizar esto de vivir con propósito, primero debemos entender su definición. Una de ellas podría ser la siguiente: Es la intención o el ánimo de hacer algo, es un objetivo, algo que se quiere conseguir y que requiere de esfuerzos y de ciertos sacrificios. Es la firme determinación de hacer algo.


Entonces, un propósito de vida es el resultado de una búsqueda interna, es el sentido que se otorga a la existencia. Es el qué, el por qué, el para qué y el hacia dónde de una persona. Es la guía para los que no están dispuestos a transitar el camino de la vida a ciegas, en circuito lineal y en automático.


Las personas que viven no son las que solamente tienen vida, las personas que viven son las que al partir de este mundo terrenal dejan un legado, y no estoy hablando de cualquier huella, estoy hablando de un vestigio del cual seamos dignos de recordar. La enseñanza, la inspiración, el sustentáculo; son solo algunas de las características de un propósito de vida.


Pero volviendo ahora al tema del río y las piedras, esta afirmación se ha vuelto muy común entre muchas personas, personas que se dedicaron, no solo a buscar, sino también a trabajar en el desarrollo de ese propósito, y que hoy por hoy son voces de experiencia que pueden inspirar a muchos más. Por lo que si has escuchado o leído mucho este tema es porque es real y esa realidad la puedes vivir tú también.


Vivir una vida con propósito es vivir desde la plena consciencia, es prestar atención a cada instante de los días, cada detalle; sea bueno o no. Y no solo prestarle atención, también se valora.


Vivir una vida con propósito es vivir en felicidad, no importa cuáles sean las circunstancias, se es capaz de manejar las cosas y vivir en armonía interna y externamente.


Vivir una vida con propósito es vivir intensamente y con pasión, y no me refiero a que todos los días se está derrochando romanticismo, me refiero a que todo se hace con verdadero gusto y con amor.


Vivir una vida con propósito es vivir en agradecimiento, porque no se busca pelear con el mundo ni ponerle resistencia, se busca trabajar para hacerlo mejor.


Vivir una vida con propósito es vivir en abundancia, porque a quien obra bien sin esperar el tener lo alcanzan el éxito y la prosperidad.


Vivir una vida con propósito es vivir en servicio a uno mismo y a los demás, es aportar algo bueno y positivo con todo lo que se hace.


Un punto que se debe tener muy claro con respecto al propósito de vida, es que no necesariamente esto significa ser empresario, tener un negocio propio o ser emprendedor. Lo menciono en este artículo porque existen personas que asocian este tema del propósito con ello y particularmente no lo considero así, el propósito tiene que ver con algo propiamente trascendental, con la realización como individuo y con lo que se hace en este paso terrenal.


Ahora bien, llegamos a la parte más importante, ¿Cómo puede entonces una persona empezar esa búsqueda accidentada del propósito? Es aquí donde humildemente entro en acción con lo que he aplicado y me ha funcionado, deseando que a ti también te ayude y te funcione.


1. Debemos empezar por lo primero, y lo primero es tener la voluntad y el interés de querer vivir una vida con sentido.

2. Se necesita de mucha apertura. Una mente responsiva y abierta al cambio.

3. Entrar en el mundo del autoanálisis y autoconocimiento, tener la disposición de preguntarte de TODO, desde cómo te sientes con lo que haces y eres hasta lo que quieres ser y hacer. Dónde te visualizas, el por qué, el para qué estás aquí.

4. Aprende a identificar eso que te causa alegría, bienestar y felicidad, eso no te lo puede decir más nadie, solo tú lo sabes.

4. Desinflar el ego y buscar ayuda o asesoramiento. Las personas con más experiencia que tú te van a aportar el conocimiento y el valor que necesitas.

5. Accionar. Nada sucederá si no eres intencional.

6. Deja los miedos a un lado y deja de esperar por los demás, reconfórtate y aprende a tener confianza en ti mismo.


Y para finalizar te dejo esta ñapita ¨Encuentra tu pasión, eso que te enciende por dentro cada vez que lo haces. Identifica en ti qué es lo que más te inspira. Y pregúntate qué harías sin aburrirte por el resto de tu vida¨


Una vez identificas todo esto tu propósito aparece. ¡Y prepárate! porque allí empezarás a VIVIR.

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